Una de las mejores formas de ayudar a niños con discapacidad es a través de una adecuada alimentación. Saber qué alimentos son buenos para su desarrollo y cuáles no lo son para ayudarles a tener una vida de bienestar óptimo.
¿Cuando tienes un hijo con discapacidad quieres y sueñas por un mundo en el que más que inclusión, exista el respeto por la diversidad, por un mundo donde como un niño más pueda interactuar y reconocerse como lo que es, simplemente un niño, en un mundo donde todos podemos convivir.
Un mundo donde todo esté acondicionado para que cada niño pueda desarrollar su potencial y aquellos hitos que no ha alcanzado no sean un impedimento para su desarrollo personal.
Pero la pregunta que debes hacerte es, qué estás haciendo en casa para que él se perciba incluido, respetado en sus diferencias.
Estoy segura que en muchos aspectos lo haces, pero en la alimentación de tu hogar hay inclusión?
Muchas veces escucho que el niño con discapacidad tiene X o Y restricciones alimenticias, pero que el resto de los miembros de la familia comen “normal”.
Qué mensaje crees que le están enviando al niño cuando esto sucede; crees que eso es inclusión o que en el lugar donde más amor y protección se brinda fallamos en estos aspectos.
Comprendo que muchas veces no lo percibes así, pero el niño si te está observando, te está analizando y está aprendiendo a verse como tu lo ves.
Además quieres que el esfuerzo en su desarrollo sea duradero y consistente en el tiempo; así que es mejor que la familia migre a una alimentación que los beneficia a todos y no que al final el niño más grande migre a hábitos que no repercuten en su bienestar.
Las medidas que puedes adoptar en tu hogar y que benefician a tu hijo con discapacidad y a toda la familia son:
1. Saca de tu alacena Productos Procesados: como cereales de caja, galletas, yogurt comercial, ponques, refrescos o gaseosas, jugos aunque digan que son de fruta, etc.
2. No compres aceites hidrogenados: aceites como el de maíz, canola, maní, soya o simplemente llamado vegetal, son altamente inflamatorios porque son altos en Omega 6 y bajos en Omega 3, generando inflamación en el organismo de tu hijo, haciendo porosa su barrera intestinal y por lo tanto afecta su cerebro. En su lugar opta por grasa animal, aceite de coco, aceite de oliva y fíjate que sean prensados en frío.
3. Edulcorantes Artificiales: son sintéticos y están relacionados con problemas de salud como náuseas, compulsión alimenticia, taquicardia, irritabilidad, desorden
neurológico, etc
4. Aditivos Químicos: como los colorantes artificiales, tan usados en la comida infantil, predominando el más peligroso el azul, aunque todos tienen un impacto en la salud y cerebro de tu hijo.
5. Azúcar: recuerda que hay 65 nombres para este producto. Te puedes sorprender, pero para lo que estás buscando (salud y orden neurológico), productos tan naturales como la miel y las versiones integrales de azúcar están en la misma bolsa.
6. Lectinas: una de las propiedades de las lectinas es que activan la hormona que hace abrir las uniones estrechas entre las células intestinales, lo que normalmente sirve para absorber nutrientes, pero que siendo así, aumenta la permeabilidad intestinal, que afecta el sistema inmunológico y la capacidad de absorber esos nutrientes. El gluten, la soya y los cereales pueden afectar su intestino.
Adopten estas medidas de manera natural, tanto para ustedes como familia así como cuando hay visitas en casa; de esta manera será un proceso un poco más fácil, pero sobre todo de mucho impacto en cómo se siente tratado tu hijo con discapacidad en casa.